"Los dos primeros libros que recuerdo haber leído fueron una edición aligerada de Robinson Crusoe y una expurgada de Las mil y una noches. Antes hubo otros: cuentos, historias infantiles, álbumes de tebeos. Pero de aquellos dos conservo una memoria intensa y nada nebulosa, tejida con la magia de muchas tardes consumidas descifrando en soledad signos que me conducían lentamente a un sentido, desvelándome una historia que, con mi esfuerzo, conseguía desplegar ante mi imaginación, y de la que, por ello mismo, también me sentía autor. Si no hubiera sido por mi empeño de lector, aquel camino que otros habían trazado negro sobre blanco habría permanecido mudo, infranqueable. En cierto modo, yo era como una partera: leer era también crear, dar vida a aquellas historias inmortales."
No hay comentarios:
Publicar un comentario